El conducto de humos es uno de los aspectos más importantes para el buen funcionamiento de las estufas de leña o chimeneas. Es un elemento básico porque sirve para evacuar los humos y los gases fuera de la vivienda, y proporciona tiro suficiente para que el fuego se mantenga vivo. Por eso, es imprescindible que sea de calidad y que se lleve a cabo un proceso de mantenimiento para conservarlo en buen estado.

Os recomendamos que en los inicios de la temporada de  de encendido de estufas o chimeneas se limpie previamente la salida de humos, para asegurarnos que no se ha introducido ningún elemento, por ejemplo, que algún pájaro haya anidado; y, además, que el conducto quede libre de hollín para no dificulte la salida de humos al exterior.

La limpieza y el mantenimiento son fundamentales. La mayoría de los problemas relacionados
con el mal funcionamiento de las estufas o chimeneas, y generados por una limpieza deficiente, estropean el tiro y provoca que estas no funcionen como deberían.

Para que un aparato funcione correctamente, las salidas de humo de las chimeneas deben cumplir los siguientes requisitos:

• La sección interior debe ser circular.
• Debe estar térmicamente aislado.
• Los tubos no pueden estar presionados ni tener un ángulo mayor de 45°. Se recomienda no colocar el tubo en posición horizontal.
• Si el tubo ya ha sido utilizado, debe estar completamente limpio.
• No utilices el mismo conducto de humo para varios aparatos.
• Asegúrate de que los conductos están alejados de materiales inflamables.

En la actualidad, los fabricantes de chimeneas cumplen con las exigencias de la CE y deben obtener un certificado de industria antes de poder empezar a comercializar sus productos. De modo que si compras una estufa a un establecimiento especializado, te garantizas que la instalación cumpla con todos los requisitos antes mencionados.